miércoles, 28 de noviembre de 2012

- HISTORIA: Zolu Mi Cielo

ADVERTENCIA:  E encontrado esta preciosa historia en internet , No es mia , pero me a gustado mucho y queria compratirla , esta relación que hai entre los personages NO es real y nunca a pasado nada parecido en la Serie...



Primer día de encuentro (punto de vista de Zoro)
Otoño. Un chico se hallaba tomando fotografías de gente que pasaba bajo el camino adornado por los árboles y sus hojas que caían sin cesar. En una de sus fotos se atravesó una persona la cual se giró hacia el con gesto sorpresivo.
 - Ah… - el jovencito miró tras él, a las personas que posaban y luego al fotógrafo – l-lo siento señor – se disculpó reverenciándose y se fue. En ese momento se reveló la fotografía. El joven fotógrafo la miró, vio al chico moreno que se había atravesado, tenía la piel pálida, los ojos grises con una cicatriz bajo el izquierdo y el cabello largo sujeto con una trenza. Sonrió. Al volver a su hogar puso la foto en el espejo de la sala.

Segundo día de encuentro (punto de vista de Luffy)
  Eran las 9:00 am. Llegaba justo a tiempo cuando vio a su jefe abrir el local.
 - Buenos días Inazuma-san
 - Oh Luffy, llegas temprano, buenos días y felíz primer mes de trabajo
El jovencito sonrió en respuesta a la felicitación y entró al local. Se quitó el abrigo dejándolo en el perchero de empleados y se dirigió a los puestos de trabajo a acomodar los utensilios de peluquería. Sí, era peluquero. Milagrosamente desde que él había llegado la clientela aumentó por su habilidad para recomendar buenos cortes, y por ello ganó el respeto de todos, aunque también el odio de una persona.
- Buenos días – saludó una pelirroja de cabello largo entrando al local y dejando su chaqueta en la percha. Al ir a su puesto de trabajo ignoró por completo a Luffy.
- Pasaste lindas vacaciones Nami? – preguntó una chica rubia de trenzas.
- Si Conis, te traje un regalo también – le respondió sonriendo. Luego miró a Luffy y soltó con desagrado – mph, te has dejado el pelo largo… - el chico la miró y ella lo observó de arriba abajo – y vistes así… menos mal que eres el favorito de Inazuma-san y él tira para esos lados – dijo y se retiró dejando al jovencito con la vista gacha y apretando los puños.
Después de atender a muchos clientes estaba a punto de terminar su turno, por lo que se puso a acomodar todo en su puesto. Cuando terminó y se dispuso marcharse vio a alguien a través del espejo. Era el joven de las fotografías. Vio a su compañero Coby acercándose a el para que le acompañara y este, sonriendo, se puso de pie y se quitó el gorro, mostrando su cabello verde y sedoso. Por algún motivo desconocido, pasó de terminar ahí su turno y se dirigió a Coby que había dejado al fotógrafo en la silla reclinable donde le mojaría y lavaría el cabello.
- Esto, Coby… puedo hacerlo yo? – dijo el jovencito algo cohibido.
- Ah, Luffy-san no terminó su turno ya?
- Sí, pero nadie me espera en casa así que… - miró a un lado y vio a una chica de cabello verde corto – además vino Keimi…
- Keimi? – dijo el pelirrosa contento – gracias! – le gritó yéndose hacia la chica. El peluquero miró a su último cliente. Luego se miró al espejo y se acomodó el cabello un poco, sus mechones negros eran demasiado rebeldes cuando querían. Se inclinó hacia el joven peliverde y comenzó a mojarle el cabello y lavárselo con delicadeza, agachando su cabeza para ver su rostro. Sus cejas y pestañas eran de un verde más oscuro, por lo que se convenció de que ese color de cabello que tenía era natural. Tenía facciones masculinas pero lo suficientemente suaves para verlo más joven, como un chico de su misma edad, y sus labios parecían esbozar una suave sonrisa que no podía dejar de mirar.
- Au! – se quejó el peliverde llevando una mano a su ojo izquierdo cubierto de shampoo.
- Oh, lo siento mucho señor – empezó a disculparse Luffy intentado limpiarlo.
- Ya estás haciendo bobadas, creí que tu runo había terminado, por qué no te vas? Arruinas nuestro trabajo! – le regañaba la pelirroja avergonzándolo.
- No, está bien, no me pasó nada malo – dijo el peliverde levantando la mirada y reteniendo sus ojos sobre Luffy – hola… - saludó sonriendo con sorpresa por el encuentro.
 Luego de terminar el trabajo, Luffy salió del local. El joven fotógrafo se había ido hacía rato y no tuvo oportunidad de disculparse bien. Miró lo que llevaba entre sus manos y lo apretó con fuerza contra su pecho.

Tercer día de encuentro
- Oe Zoro te quedaste dormido? – llamaba un moreno con cabello largo hasta los hombros y algunas pecas en las mejillas a otro que sacaba fotos a unos modelos en el estudio.
- No Ace, este es mi horario normal, solo que siempre vengo más temprano
- Anda, te cortaste el eplo, te queda bien así corto
- Gracias… - dijo continuando con su trabajo.
Luego de unas cuatro sesiones de fotos decidió tomar un descanso para tomar café y charlar con los modelos. Al rato volvió el chico Ace corriendo y apartó al peliverde del grupo
– qué pasa?
- Te busca un chico, y que chico! Es muy mono
- Mh, dile que venga, no puedo dejar de trabajar ahora – el pecoso fue hasta el pasillo y tomó a alguien del brazo tirando de él.
- Mira aquí está! – el peliverde se giró a ver de reojo y se encontró con la mirada gris del jovencito. Se giró por completo y sonrió levemente sin mostrar la alegría que sentía de volver a verlo.
- Hola, qué haces aquí? Me encontraste rápido – le saludó cálidamente. El jovencito pelinegro se acercó algo nervioso y apretó lo que tenía en sus manos.
- Yo… se olvidó su gorro en el local, tenga – dijo entregándoselo – y… siento mucho lo de la espuma, no fue adrede
- No importa, eso fue un accidente – tomó el gorro y rozó sin querer sus manos con las del moreno – esto, ya que te tomaste la molestia de venir a traerme esto, quieres ir a tomar algo? – propuso ignorando la cara anonadada de Ace y concentrándose en la expresión del pelinegro.
- b-b-bueno, espero no molestarlo señor…
- No molestas para nada, y…llámame Zoro por favor
- Y a mi Luffy… Z-Zoro
Fueron a la entrada y vieron que estaba lloviendo a torrentes. El peliverde sacó un paraguas de su bolso dándoselo al moreno que lo abrió y lo colocó sobre su cabeza mientras miraba la lluvia caer. Zoro se quedó mirándolo un poco. Sacó su cámara y le tomó una foto.
- Ah? Me estás fotografiando?
- sí, bueno, me gusta hacerlo… después de todo si uno quiere ser un profesional y conocido debe sacar fotos de cada momento de la vida…
- Puedo verla?
- Esta cámara no es instantánea, pero tengo un pequeño estudio en mi casa aquí cerca, si quieres luego de tomar alg…
- Podemos ir ahora? – le interrumpió de golpe – b-bueno, si se puede y tu quieres
- Claro – respondió sonriendo – y si te parece bien te quedarías a cenar? – el moreno le sonrió y le tendió el paraguas, el peliverde lo miró y puso su mano sobre la suya para compartirlo. El menor se sonrojó y se acercó más al otro de forma tímida, empezando a caminar los dos bajo la lluvia.

Había pasado un mes ya, y en el estudio el trabajo no podía ser más productivo. Todo gracias a que Zoro estaba más activo que nunca en su trabajo.
- De qué me perdí? Me voy de vacaciones y al volver me dan vuelta todo! – se dijo a sí mismo mientras preparaba su cámara. Al rato nota que alguien le tira de la camiseta y se gira un tanto brusco asustando a quien le llamó – qué? Ah, hola! Tu eres el que buscaba al arbusto!
- Ah, sí… eres Ace verdad?
- Sí sí soy yo! Me vienes a ver a mí acaso? – dijo haciendo pose de galás de telenovela.
- En realidad vine aquí porque es mi primer día de trabajo
- Trabajarás aquí? Genial!! – dijo el pecoso sin disimular ni una pizca su felicidad. Cuando estaba a punto de preguntarle si estaría libre luego de trabajar llegó Zoro.
- Buenos días Luffy, llegaste temprano
- Sí… me quedé dormido y nadie me despertó – dijo mirándole con reproche – eres malo eh…
- Lo siento, la próxima te haré sonar el móvil…bueno, creo que ya podemos empezar no creen? Luffy puedes ponerte en aquel escenario?
- Oye Zorín – le llamó el pecoso en cuanto el jovencito se alejó – bien ahí, gracias por traerlo
- Disculpa?
- Te has hecho su amigo por mí? Eres tan buen compañero, gracias!
- Ace yo no…
- No seas modesto, llévate todo el crédito
- Pero él y yo…
- Gracias!!! – dijo yendo a tomar las fotos. El peliverde suspiró y le siguió.
*************

TUUUT…TUUUT… te has comunicado con Zoro, en este momento estoy ocupado así que deja tu mensaje después del tono, PIIIIP!!!
- Tsk… - chasqueó el pecoso colgando el móvil y caminando por la acera con una bolsa en la mano – pues caeré de sorpresa en tu casa, jejeje festejarás tu cumpleaños quieras o no, olvidaste que tengo copia de llave de tu apartamento XD aunque… - se detuvo un momento poniendo gesto serio – habrá invitado al morenillo? Sino será aburridooo – dijo haciendo un puchero y acelerando el paso.
Subió hasta el tercer piso y abrió despacio la puerta. Se quitó la chaqueta y los zapatos, viendo que al lado de las zapatillas de Zoro había unas botas blancas con algo de plataforma. “quién será? Mh, tal vez se hizo con una novia”. Fue a la cocina y dejó la comida sobre la mesada mientras buscaba una cerveza pequeña de paso. Salió de la cocina y miró alrededor de la casa, estaba todo muy ordenado.
- Qué…? – vio en el espejo de la sala unas cuantas fotos de Luffy y frunció el ceño, no entendía que estaba pasando.
- Ace? – el pecoso se dio vuelta y vio al pequeño, con una camisa de Zoro y calcetines – qué haces aquí?
- Lu… - “no será que Zoro y él…” ahí recordó que Zoro había intentado decirle algo sobre él y Luffy hace unos meses, semanas y días atrás. Sintió como si le estrujaran el corazón. Se oyó el sonido de una puerta abrirse y el ruido de la cámara de fotos.
- Te saqué una instantánea Luffy – se oía desde el pasillo de las habitaciones – quieres ver…? – detuvo sus pasos al ver al pecoso ahí – Ace…
- Hombre, no le dijiste a Lu que es tu cumpleaños?
- Ace!!!
- Qué??? – el moreno miró al peliverde – es tu cumpleaños y no me lo dijiste???
- No le gusta festejarlo… pero traje comida y cerveza! Soy un genio verdad?
- Ace muchas gracias! Comemos entonces? Tengo hambre
- Sí Luffy, podrías ir a abrir las botellas? Ya te sigo – dijo Zoro quedándose a solas con Ace. Bajó la mirada al suelo y suspiró – mira Ace yo…
- Intentaste decírmelo, lo se… - le interrumpió – no es tu culpa – le dijo sonriendo a pesar de lo molesto y dolido que estaba, porque su mejor amigo aun sabiendo cuanto le gustaba Luffy terminó saliendo con él – vamos a comer ya, que Luffy seguro se zampa todo! Jejejeje – dijo corriendo a la cocina y gritándole al morenito que se pusiera unos pantalones. Zoro le miró algo preocupado, pero sonrió un poco “gracias por entender”.

2 de Enero. Verano y con el sol dando a todo lo que daba sobre la tierra. En el apartamento estaba el pelinegro recortando algunas fotos que Zoro le había regalado y pegándolas de forma que parecieran una nueva.
- Qué estás haciendo? – le susurró el peliverde abrazándole por la cintura sobresaltándolo.
- Zoro, me asustaste, shishishi – tomó una foto y se la mostró – mira, recorté las fotos, en esta parece que te estuviera besando – le dijo contento.
- Cómo? Así? – dijo el peliverde robádole un beso.
- Shishishi, sí – dijo abrazánole por el cuello y besándolo con ternura.
- Te tomaré una foto
- Otra más?- Es que te ves muy sexy ahora… - dijo empezando a besarle el cuello mientras acariciaba su pecho y estómago – te amo… - dijo a su oído para luego mirarle con devoción a los ojos.
- también te amo Zoro
- Bien – dijo poniéndose de pie – quédate ahí que te tomo una foto – le acomodó un mechón de pelo y enfocó su cámara. Presionó el botón y frunció el ceño.
- Qué pasa?
- Se acabó el rollo… creo que en el estudio hay uno más
- Espera que yo lo busco – dijo Luffy dándole un beso en la mejilla y dirigiéndose al cuarto. Buscó sobre la mesa y luego en los estantes – ahí está – dijo poniéndose de puntillas para alcanzarlo, ignorando que estaba debajo de una botella sin tapa.El líquido revelador de fotos había caído directo en sus ojos…
*************

- Emergencias, necesitamos al doctor Silvers!
 - Qué sucedió?
 - Un joven se acaba de quemar los ojos con líquido revelador de fotografías…
 En el hospital, Luffy era llevado a toda velocidad a la sala de urgencias, rodeado de enfermeros y un joven que le agarraba la mano con fuerza. Pasaron las horas, la gente pasaba por el pasillo hacia una u otra habitación, pero nadie salía de donde estaba Luffy. Oyó unos pasos corriendo por los pasillos y al levantar la mirada del suelo para ver, divisó al pecoso acercándose desesperado a él.
 Todo sucedió rápido… la discusión, la bofetada… la soledad y desesperación, las lágrimas… y luego… la noticia del médico con un delantal y guantes de látex.
- Le hemos extraído las córneas…
Su mundo se desmoronó en un santiamén, fue como una explosión en su cara.
- No… no puede ser… - se aferró al médico – dígame que se puede arreglar, por favor!
El doctor le mostró su gesto apenado, le dijo unas palabras y Zoro cayó al suelo de rodillas mirando la nada.

5 de Abril.
Estaba sentado al borde de la cama oyendo los sonidos a su alrededor con gesto serio. Se percató de la presencia del doctor acercándose y quitándole las vendas poco a poco. Abrió los ojos con esfuerzo, viendo todo borroso y algo brillante frente a él.
- Felicidades Lu… lo lograste – oyó la voz de su amigo sosteniendo el pastel con las velas.
- Ace… - dijo una vez que su vista se aclaró. Vio a Coby, Conis y hasta a Nami, todos sonriendo cálidamente hacia él.
Pasaron los días, y el volvió a su casa.
- Me falta ropa
- Dónde la tienes?
- En… el departamento de Zoro…
El pecoso le miró con algo de dolor en el fondo y le llevó en su auto hasta allí. Al llegar, el moreno vio lo que antes era su hogar. Caminó hasta el espejo y encontró una de sus fotos recortadas… pero solo estaba la mitad donde aparecía él mismo.
- Zoro… - se dirigió al pecoso mirándole un momento y volvió a mirarse al espejo mientras tocaba suavemente los párpados – no volverá? Yo estoy bien, el líquido no me hizo nada… no entiendo por qué… se fue…
- Eso solo lo sabe él… - se limitó a responder Ace ocultando la tristeza que sentía.

6 de Mayo.
“no sé por qué…” se decía a sí mismo frente al espejo “me siento tan extraño cuando al mirar mi reflejo”. Había decidido quedarse en el departamento. Sentir que la presencia de Zoro aún no había muerto allí era lo único que le quedaba, porque nada de sus pertenencias estaba ahí… nada que pudiera recordarle que en algún momento estuvo en su vida. Las lágrimas ya no podían brotar de sus ojos, por cada noche de soledad, por no entender la razón… por qué se había ido sin siquiera decir adiós.
De repente lo vio, el peliverde estaba entrando por la puerta principal, podía verlo a través del espejo y se giró, ilusionado de verlo otra vez.
- Zoro!
- Con que aquí estabas – dijo Ace mostrándole un sobre – tengo la revista con tus fotos – dijo sonriendo, mientras ponía el sobre frente al menor.
El moreno sonrió levemente… pero sin vida en él…
14 de Agosto. Invierno.
- Voy a caminar un rato…
- Bueno, vuelve para la cena vale?
- Sí Ace, vuelvo pronto – contestó sonriendo un poco.
El frío golpeó su rostro descubierto y los copos de nieve enseguida atacaron su cuerpo. Caminaba lentamente, pensando, de nuevo en él. Había conseguido empleo como camarero de un restaurante importante y con su sueldo se compró una cámara de fotos instantánea. Sacaba fotografías de todos los paisajes que encontraba y solo le quedaba un lugar del cual nunca había visto fotos. El puerto y muelle de la ciudad.
Ignoró el temblor de su cuerpo por la baja temperatura y bajó las escaleras hacia el muelle repleto de nieve. Observó a su alrededor. En medio del blanco paisaje, en una banca, había un hombre de gafas oscuras,  gorro negro y abrigo bien grueso, con un perro lazarillo de compañía. Este hombre le lanzaba una pelota al perro que corría alegre en su búsqueda para devolvérsela, marcando un camino en la nieve. “sería una buena fotografía” pensó recordando que Zoro tomaba fotos de personas en su vida cotidiana. Sonrió con tristeza y se acercó al sujeto. 
A cada paso que daba, una sensación extraña le oprimía el pecho y por algún motivo, tocó sus ojos. Notó que de la mano del hombre de gafas se escapó un papel y voló hasta debajo de sus pies. Con curiosidad la levantó y la miró.
Entonces la presión en su pecho le sofocó y un dolor inmenso lo recorrió. Las lágrimas brotaron sin previo aviso y su mano empezó a temblar. “soy yo…”. Era la primera foto que Zoro había tomado de él. Miró al sujeto de gafas que se puso de pie sacando un bastón y agarrando a su perro guía de la correa. “no, por qué, por qué? Zoro…”
- Hay alguien? – preguntó la suave voz del peliverde. Luffy no paraba de llorar.
- Sí señor – dijo con la boca cubierta por la bufanda – su foto…
- Ah, gracias – dijo tomándola mientras el pelinegro temblaba y lloraba en silencio conteniendo las ganas de gritar. El peliverde se quedó callado un momento – te conozco de alguna parte? Tu voz me suena… - “dios… por qué Zoro?” pensaba el moreno llorando aún más – estás bien?
- Sí, sí estoy bien… - el peliverde le sonrió.
- Bueno, gracias por devolverme la foto… - dijo empezando a alejarse.
Luffy cayó de rodillas en la nieve llorando mientras se tapaba la boca para que Zoro no volviera. Miró hacia atrás y vio cómo su amado se iba lejos de él… y Ace estaba parado ahí… paralizado. Zoro pasó junto al pecoso sin percatarse de su presencia… y se alejó… cada vez más… hasta desaparecer de su vista.
- POR QUÉ LO HICISTE??!!!! – estalló Luffy entonces, rompiendo en llanto y cubriéndose el rostro.
- Luffy! Luffy! Por favor… vamos… - le rogaba abrazándolo.
- Ace… por qué no me dijo nada y se fue… seguro me odia… por qué lo hizo? – el pecoso lo estrechó entre sus brazos empezando a llorar también.
- Él quiso salvarte a ti antes que cumplir su sueño, porque… te ama…
- P-pero… se fue!! Por qué?! No era necesario que llegara a ese extremo por mí!!!
- Eso… solo te lo puede decir él…
Solo dolor y soledad… no le quedaba más que el sentimiento de culpa por saber que quien amaba le dio lo más preciado que tenía por salvarle… su sueño, que era su vida…
“le quité todo…”
En otro lugar, Zoro estaba sentado en una silla junto a la ventana. Se quitó las gafas y abrió los ojos… miró la nada y apoyó la mano en el vidrio de su ventana soltando un pesado suspiro. Cerró los ojos.
Aún veía la escena del día en que lo había conocido, de todo lo que habían pasado juntos… veía en su mente todo… y luego, le vio durmiendo en la camilla junto a él en el quirófano, vio a los enfermeros y al doctor Silvers… las herramientas de operación…
“y ahora ni tan siquiera te puedo ver sonreír de nuevo”
- Hoy pasaste junto al chico de tu foto… lo sabías? – le dijo un pelirrojo en el umbral de la puerta de su habitación – está muy sano… y te extraña…
El peliverde abrió los ojos, sin ver nada realmente.
- Lo dejarás ir así nada más? Tu… estás seguro de que lo que hiciste fue lo correcto?
- Sí… estoy seguro y… si vuelve a mí, creo que está bien… aunque soy el culpable de lo que le sucedió… de no haberme metido en su vida él no habría sufrido de esta manera…
- No es tu culpa Zoro, fue un accidente… sabes? te admiro tanto… - dijo el pelirrojo – solo un gran sentimiento puede impulsarte a desprenderte de tu visión como lo hiciste tu…
- Gracias… - dijo intentando mirarle, solo sintiéndose mal por no reconocer ni una parte de aquel sujeto – Shanks…

28 de Diciembre.
- Esto es una broma no?
- Me temo que no Zoro…
El peliverde se giró hacia la ventana y apoyó la frente en el vidrio. Cerró los ojos e intento ver de nuevo el rostro de su amado.
- Cuánto? – preguntó haciendo vapor en el cristal.
- Tres años aproximadamente – le respondió el doctor Silvers con gesto deprimido.
- Ya veo… - dijo Zoro en un hilo de voz sonriendo levemente – poco…
- Quieres que los llame? – preguntó el pelirrojo sentado en un sillón con el rostro pálido y shockeado por la noticia del doctor.
- Por favor… - respondió Zoro sin mirarle.
“poco… muy poco”
- A dónde vamos? – preguntaba el moreno en el auto ansioso.
- Es sorpresa Lu… ya verás… - le decía Ace sonriendo algo apenado.
Pasaron calles y calles, por una hora y media. Llegaron a una casa y tocaron el timbre. Un pelirrojo atendió y miró a Luffy.
- Llegaron – dijo sonriendo con tristeza sin poder evitarlo – pasen…
Caminaron por la sala hacia las habitaciones.
- Yo espero aquí con el señor Akagami, ve tu… - dijo Ace empujándolo suavemente.
- Por qué? – preguntó poniendo su mano sobre el pomo de la puerta.
- Tu solo entra – le contestó con una sonrisa.
El moreno entró dubitativo mirando alrededor.
- Hola? – vio a un sujeto en la ventana y abrió los ojos de par en par. El otro se giró tratando de enfocar su vista en la visita y sonrió.
- Te estaba esperando… te he echado de menos…
Otra vez el dolor y llanto. Preguntas y pocas respuestas. Besos, abrazos, amor, felicidad; todo navegaba en un mar de lágrimas sin fin.
- Quédate conmigo… - le susurraba Zoro al oído en súplica.
- Me quedaré, siempre… siempre Zoro…
- Luffy… - el otro le tomó el rostro entre sus manos e intentó enfocarse en sus ojos – cásate conmigo… - el moreno lloró aún más sin poder contenerse.
- Sí… sí Zoro…lo-lo haré… te amo! – dijo abrazándole con todas sus fuerzas.
“hasta que la muerte nos separe…”

>> y pensar que todo empezó un día cualquiera… las cosas grandes o pequeñas le suceden a quien sea cuando menos lo espera… yo tuve suerte… te conocí, cambié mi vida por completo y fui feliz. Viví como nunca y lo sigo haciendo, te cuido… a ti y a mis hijos… los que tuve contigo por la adopción. Y jamás me arrepentiré de cada cosa que hice contigo.
Sé que nos tuvimos que separar de nuevo, por mi culpa… lo siento… solo quiero que seas feliz… vuélvete a enamorar si? Ace, es un buen chico…. Yo me voy… pero nunca habrá nadie más que tú en mi corazón… se feliz amor… yo siempre estaré para ti cuando me necesites, desde aquí… llámame y el viento me llevará hasta ti… te amo…

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